La multinacional británica Rio Tinto ha dado un paso significativo en el sector minero argentino al convertirse en la principal productora de litio en el país. Con la reciente compra de la australiana Arcadium Lithium, completada el jueves pasado, Rio Tinto ha fortalecido su presencia en el mercado, controlando ahora dos de los seis proyectos de litio en producción en Argentina.

El acuerdo, que se valoró en 6.700 millones de dólares, permite a Rio Tinto operar el proyecto Salar de Olaroz, ubicado en Jujuy. Además, la compañía ya gestionaba el proyecto Fénix en Catamarca y está en proceso de incorporar el proyecto Rincón Litio en Salta. Tras la adquisición, Rio Tinto ha solicitado unirse al Régimen de Incentivos para Grandes Inversiones (RIGI), con la intención de invertir 2.500 millones de dólares en la expansión de su planta en Rincón Litio.

Se espera que las obras de ampliación concluyan a mediados de año, lo que posicionaría a Rio Tinto como un actor clave en la exportación de litio, un mineral esencial para la transición energética global. Según un comunicado de la empresa, la capacidad de producción de litio en sus activos podría superar las 200.000 toneladas anuales de carbonato de litio equivalente (LCE) para 2028.

Jakob Stausholm, director ejecutivo de Rio Tinto, subrayó la importancia de la adquisición, afirmando que la empresa está bien posicionada para suministrar los materiales necesarios para la transición energética, mientras se compromete a respetar a las comunidades locales y minimizar los impactos ambientales.

El Proyecto Rincón, considerado un activo de salmuera de bajo costo, se ubica en el “triángulo del litio” argentino y tiene el potencial de convertirse en una fuente valiosa de litio de alta calidad. La inversión de 2.500 millones de dólares permitirá a Rio Tinto iniciar su primera operación de litio a escala comercial, con una capacidad de 60.000 toneladas de carbonato de litio de grado de batería por año.

La construcción de la planta ampliada comenzará a mediados de este año, y se anticipa que la producción inicial inicie en 2028, generando oportunidades económicas significativas para las comunidades locales.