Minería argentina cierra 2025 con exportaciones mayores a las de 2011 y mira hacia 2033
El sector minero argentino informó que las exportaciones registradas en la actualidad superan los niveles alcanzados en 2011, marcando un punto de inflexión en su desempeño exportador. A su vez, el sector proyecta un crecimiento sostenido hacia 2033 que permitiría alcanzar un volumen de exportaciones cercano a los 25.000 millones de dólares.
Este aumento no solo refleja una recuperación, sino también un cambio de escala en la industria minera nacional, impulsado por la demanda internacional de minerales estratégicos.
Cobre, litio y minerales estratégicos como impulsores del crecimiento
La expectativa de alcanzar ese nivel de exportaciones se funda en el crecimiento de la demanda global por minerales como el litio y el cobre, claves para la transición energética y el desarrollo tecnológico. La expansión de la cadena de valor —desde la extracción hasta el procesamiento y exportación— juega un rol central en esta estrategia de crecimiento.
Según los responsables del sector, la producción y exportación de minerales con valor agregado, junto a inversiones en infraestructura y tecnología, permitirán consolidar a la minería como pilar de las exportaciones argentinas.
Impacto en la economía, empleo y desarrollo regional
El despegue exportador proyectado implica importantes beneficios para la economía nacional y regional. Entre ellos: generación de empleo, desarrollo de proveedores locales, inversiones en infraestructura y mejoras en la recaudación fiscal. Las provincias productoras podrían ver un aumento en regalías y en inversiones, lo que impactaría positivamente en sus economías locales.
Además, la consolidación de este crecimiento permitiría diversificar la matriz exportadora del país, reduciendo dependencia de sectores tradicionales y potenciando el rol de la minería como motor de desarrollo.
Retos para consolidar el crecimiento proyectado
Para alcanzar la meta de US$ 25.000 millones en exportaciones hacia 2033, el sector debe sortear una serie de desafíos estructurales: mejorar la capacidad productiva, asegurar inversiones sostenibles, garantizar regulaciones ambientales, fortalecer la infraestructura logística y reivindicar la formación de recursos humanos y proveedores especializados. La coordinación entre gobierno, empresas y comunidades será clave para asegurar una minería responsable y competitiva.